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Regreso a los Andes en el 40 aniversario de la primera expedición ligera aragonesa

Montañeros-de-Aragón.Andes
Banderín de la expedición de 1975.

En diciembre de 1974, Ramón Cóndor, Alejandro Cortés, Agustín Osés y José Racaj, del club Montañeros de Aragón, planificaron la que sería la primera expedición ligera completamente aragonesa. El destino: la cordillera Real de los Andes bolivianos. La expedición tuvo lugar entre el 1 y el 26 de julio de 1975 y, por ironías de la vida, quien la concibió e impulsó, Ramón, no viajó en ella. Ahora, 40 años después, los cuatro montañeros han decidido reeditarla.

Entonces tenían en torno a los 25 años. En los años 60 del siglo pasado, los cuatro protagonistas formaron parte de un grupo de jóvenes montañeros que salía a escalar a Riglos. ‘Era la época dorada’, comentan. Tras la expedición, sus respectivas carreras profesionales les fueron distanciando hasta que se rencuentran hace unos años, conforme se han ido jubilando. Conservan, eso sí, el mismo grado de conexión que antaño, porque los vínculos que crea la escalada, explican, son muy fuertes, ya que compartes la ‘vida’.

Cordillera Real boliviana 1975-2015.

Surge así, hace un par de años, la idea de regresar a Bolivia para celebrar el 40 aniversario de aquella expedición, integrando esta vez a Ramón. Con esa intención, en 2013 comienzan a prepararse físicamente, planificando todo un calendario de actividades que les lleva a salir dos veces a la semana (martes y jueves) a la montaña aragonesa y a ascender al Jbel Toubkal (4.167 m), en el Atlas marroquí. Lo que buscan son montañas que obliguen a superar fuertes desniveles en poco tiempo y pisar nieve. El objetivo es prepararse para ascender el Huayna Potosí, (6.088 m), el seismil que alcanzaron en 1975.

Desde el primer momento también comentan el proyecto con su club y este lo asume como propio, dándoles cobertura en cuanto a disponibilidad de la sede para hacer los preparativos y difusión. Todo está preparado para regresar al altiplano boliviano y al mismo sector de la cordillera andina de hace 40 años. Pero, precisamente, en ese lapso de tiempo las cosas han cambiado en el país sudamericano.

Antes y después

Ahora hay empresas de guías, que antes no existían, y han contactado con una para poder contar con porteadores para realizar la aproximación y con un guía, puesto que el cambio climático ha alterado los hielos del Huayna y la vía de ascenso ha de ser obligadamente otra. Además, en el entorno donde acamparon para ascender al Huayna hay un refugio que, precisamente, este año cumple 20 años, por lo que ya hay prevista una celebración conjunta. También es posible que desde Montañeros de Aragón les puedan gestionar una cita con el presidente Evo Morales, como una manera de visualizar el cambio de la dictadura de Hugo Banzer, que en aquel entonces dominaba el país, con la democracia actual.

De camino al Huayna Potosí, al fondo.
De camino al Huayna Potosí, al fondo.

Cuando fueron al Huayna había una pista minera; ahora hay carretera. Tampoco había transporte público y tuvieron que viajar en todo tipo de vehículos, ‘desde ambulancias (con enfermos y todo) hasta camionetas de transporte de cemento, pasando por todo tipo de vehículos cargados de frutas, indios, pollos, bultos, etc.’, tal y como dejaron escrito en su Expedición Cordillera Real Andes Bolivianos 1975, una separata del Boletín de Montañeros de Aragón, número 34.

Toda su experiencia andina aparece reflejada en las páginas de esa pequeña publicación, poco conocida por los miembros del club. En la capital boliviana, La Paz, desde donde acometieron sucesivas ascensiones, fue de gran ayuda su amigo Agustín Arrieta, quien trabajaba allí para la Compagnie General de Geophysique. Este les llegó a dejar un jeep Toyota con el que volcarían, sin consecuencias, debido al estado en el que se encontraba la que se denominaba Autopista Panamericana.

El diario de la expedición, que recoge dicha separata, es una crónica divertida y sincera de un intenso mes de julio de 1975, que incluye también algunos días previos. Montañeros con formación y experiencia (todos pertenecían al Grupo de Alta Montaña Español, conocían bien los Pirineos y, unos u otros, otros sistemas españoles, Alpes o, incluso, los Montes Taurus de Turquía), contaban también con buen material de montaña (pese a que en las tiendas isotérmicas se escarchaba su propia transpiración, cayéndoles como nieve por la mañana).

Aquella expedición costó 500.000 pesetas y tuvieron que contratar un credivuelo con Iberia para viajar. El club les echó alguna mano con gestiones, algo de material y parte de los costes del vuelo. Asimismo, a su regreso, recibieron algunas ayudas del Ayuntamiento de Zaragoza y de la DPZ.

Logros de 1975

En plena ascensión al Huayna.
En plena ascensión al Huayna.

Más allá de todas las comparaciones que se puedan hacer con el momento actual y de anécdotas vividas, en aquella expedición hubo unos cuantos logros personales que se tradujeron en conquistas del montañismo aragonés. De este modo, hicieron cumbre en el Lipichani (5.380 m) y el Ayllaico (5.420 m), primeras nacionales; en el Wila Louje I (5.580 m), por la vía que ellos abrieron en la cara sur y a la que dieron el nombre de los Aragoneses; en los picos vírgenes que bautizaron como Cerro Riglos (5.565 m) y Nevado Aragón (5.604 m), primeras ascensiones absolutas; y en el Huayna Potosí (6.220 m; hoy, 6.088 m), primer seismil aragonés. También intentaron el Janko Laya y el Condoriri, tras el que partieron; pero el Huayna, una preciosa montaña de forma piramidal, los atrajo irremisiblemente, y por ella vuelven. También bautizaron el glaciar Zaragoza, el collado Pirineos y el glaciar y collado de los Maños, entre otros enclaves.

En aquellos días también recibieron el soporte de la Federación Boliviana de Skí y Andinismo, con la que piensan volver a contactar. Asimismo, tuvieron una buena cobertura de los medios, tanto bolivianos como de Heraldo de Aragón, que refrendaron el éxito de una expedición que salió adelante por empeño de sus propios integrantes, pues tuvieron que luchar contra los recelos y la suspicacia de algunos montañeros de su entorno próximo.

La nueva expedición, 40 años después, saldrá de España el día 3 de julio y retornará el 24 del mismo mes. Ahora, Ramón, Alejandro, Agustín y Pepe tienen en torno a los 65 años y todos están jubilados, y en plena forma. Y no solo quieren revivir aquella experiencia, sino también hacer ver que se puede acometer de nuevo con aquella misma ilusión.

Imagen de cabecera: de derecha a izquierda, Agustín Osés, Ramón Cóndor, Pepe Racaj y Alejandro Cortés, en compañía de dos amigos en Collarada.
Fotos: expedición Cordillera Real boliviana 1975-2015. Texto: Prames. Crónica publicada en el suplemento Aragón, un país de montañas de Heraldo de Aragón (25-06-2015).

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