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Ruta senderista y ornitológica San Victorián-La Espelunga

panoramica desde la Espelunga

Panorámica desde la ermita de la Espelunga.

Hoy os proponemos una ruta senderista y ornitológica muy cerca de Aínsa, en la comarca de Sobrarbe, que también podéis realizar como paseo en familia. La ruta nos llevará desde el monasterio de San Victorián hasta la ermita rupestre de la Espelunga (la cueva, en aragonés), un singular enclave en las paredes rocosas de la sierra Ferrera-Peña Montañesa. El paisaje, la fauna, los elementos patrimoniales, la historia y leyendas de los lugares que recorreremos justifican su elección. Es un recorrido realizable todo el año de 4,4 km (ida y vuelta, 1h 40 min.) y 270 m de desnivel, que sigue el antiguo camino de herradura señalizado como sendero PR-HU 43.  Es también una de las Rutas Ornitológicas por Sobrarbe y La Ribagorza señalizadas por Cedesor. Nos adentraremos en un espacio protegido de la Red Natura 2000, declarado Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y Lugar de Interés Comunitario (LIC).  Durante la ruta podremos ver el vuelo planeador de grandes rapaces como el buitre leonado, el quebrantahuesos o el águila real y sorprender a especies roqueras como el treparriscos. A partir de febrero-marzo y hasta octubre también encontraremos otras especies como el alimoche y el roquero rojo. Ojo, no olvidar prismáticos ni cámara de fotos antes de iniciar la ruta.

Mapa de la ruta (abajo: enlace para descarga).

Llegamos al monasterio desde Aínsa tomando la carretera local que conduce a El Pueyo de Araguás y los núcleos de Torrelisa, Los Molinos y Oncins. También podemos ir por la N-260 hasta Arro y de allí a Los Molinos. Los orígenes del real monasterio de San Victorián o San Beturián se remontan al siglo VI, tiempo en que el santo fue abad del antiguo cenobio de San Martín de Asán, considerado como el primer monasterio fundado en la Península Ibérica. Cuenta la leyenda que san Victorián, hombre muy apuesto y de noble origen italiano, llegó hasta estas tierras desde Francia buscando retiro y huyendo de las tentaciones de la hermosa Maura, que locamente enamorada seguía sus pasos. En honor al santo se edificó otro monasterio medieval pero los edificios que hoy vemos son del siglo XVIII y fruto de una intensa labor de restauración, con restos visibles de distintas etapas constructivas. Bienes muebles de la iglesia como el retablo mayor fueron trasladados a la catedral de Barbastro pero la preciosa sillería del coro no se alejó tanto y podemos verla en la colegiata de San Pedro en Boltaña.

Monasterio de San Victorián.

Sillería, hoy en Boltaña.

Indicador del PR-HU 43.

San Victorián fue panteón real y uno de los más importantes centros espirituales y culturales de Aragón. Aquí se reunieron  Ramiro el Monje y Ramón Berenguer IV para decidir los esponsales entre este último y doña Petronila, enlace que dio origen a la formación de la Corona de Aragón. Junto al aparcamiento encontramos un panel de senderos GR y PR y el primero de la ruta ornitológica, con un croquis del recorrido que puede orientarnos si hemos olvidado el mapa que podemos descargarnos más abajo junto con el track de la ruta. La señalización interpretativa nos informará sobre distintas especies de aves forestales y rupícolas que podremos encontrar a nuestro paso. Desde la parte trasera del monasterio iniciamos la caminata hacia la Espelunga siguiendo las señales del sendero PR-HU 43. Pronto nos introducimos en un paisaje mediterráneo de pinos, enebros, sabinas, coscojas, aliagas… y llaneamos en una zona de margas azules, rocas sedimentarias en las que no es difícil encontrar fósiles. Rodeamos el cerro del Castellar y llegamos a la ermita de San Antón o de San Antonio Abad (10 min. desde el monasterio), obra del siglo XVII que fue utilizada como corral y guarda una animada decoración mural de tradición barroca. Es un buen lugar para la observación de los buitres que anidan en los cortados de la sierra.

La ermita de San Antón, a mitad de camino, antes de su consolidación.

Atravesamos un pequeño barranco y entre hermosos ejemplares de carrascas llegamos a la fuente de la Banera, con formaciones de toba (30 min.). Una vez pasada la fuente y junto a la pared rocosa buscamos un bloque de roca natural con una piedrecita encima, es la llamada piedra de San Beturián (min. 35), también conocida como la campaneta. La leyenda cuenta que el santo la usó como campana para llamar a sus discípulos cuando iba a morir… y que si la golpeas tres veces con la piedrecita se te concede un deseo. Lo hacemos para comprobar su sonido metálico y continuamos el ascenso, ahora en pendiente más pronunciada, hasta las ruinas del corral de los caballos (min. 45) donde antaño se guardaban los animales. Ya estamos a los pies de la Espelunga de San Victorián, que alcanzamos por un sendero en lazadas tallado en la roca (2,2 km y 50 min. desde el monasterio).

La Espelunga en su oculto enclave rocoso…

…de paredes de  caliza.

Hemos llegado a uno de los más singulares santuarios y ermitas rupestres del Alto Aragón, incluido como tal en las Rutas Turísticas temáticas de la Diputación Provincial de Huesca. Nos adentramos en su interior, morada del santo, de brujas, contrabandistas y guerrilleros antifranquistas del maquis tras la guerra civil de 1936-39.

Portada de acceso a la ermita.

Vista de la entrada desde el interior.

Altar restaurado con recreación del retablo según fotografía del pireneísta Lucien Briet.

Tras la fachada que cubre la embocadura de la cueva, la luz natural nos descubre el interior de la ermita con su cúpula octogonal sobre pechinas sustentada en estrechos sillares de piedra toba, hornacinas laterales, el espacio habilitado como sacristía y la cabecera con altar mayor cerrado por muro de mampostería que oculta el resto de la cueva. El edificio, de estilo barroco popular, fue construido en el siglo XVII por iniciativa de fray Íñigo Royo, obispo de Barbastro. En el costado este se encuentra adosada la casa del ermitaño. El conjunto fue objeto de restauración en el año 2010.

Las vistas al valle de la Fueva y tierras del Sobrarbe, uno de los atractivos de la ruta.

Observamos las aves roqueras, disfrutamos de la privilegiada panorámica a 1.350 m de altitud sobre el valle de La Fueva (la hoya) y dejamos volar la imaginación pensando en la historia y en los variopintos personajes que habitaron este sorprendente y escondido enclave, el casi inaccesible escarpe rocoso donde san Victorián estableció su primer eremitorio. Regresamos por el mismo camino hasta el monasterio levantado en la más hospitalaria llanada, frente a las majestuosas paredes de la peña Montañesa.

 Perfil y cuadro MIDE de la ruta:

Descargas de track y mapa:

 

mapa

Publicaciones y otros enlaces de interés:

 

Fotos: Javier Romeo-Archivo Prames, cabecera: panorámica desde la Espelunga; imágenes de la Espelunga previas a las obras de restauración salvo la del altar, de Armando Cerra-Archivo Prames.
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