«Al que no le guste esperar no podrá ser fotógrafo.» Así comienza el libro de «De mi tierra a la Tierra. Sebastião Salgado. Memorias» (La Fábrica Editorial, 2014), texto cautivador, incisivo y bello, de profundo calado, imprescindible para entender la obra del gran fotógrafo brasileño (Aimorés, Minas Gerais, 1944). Un libro escrito con la colaboración de la periodista Isabelle Francq, recomendable para todos aquellos a quienes les interese descubrir la apasionante vida de uno de los grandes retratistas del género humano que ha dado la fotografía, un clásico vivo, maestro del reportaje temático, artista del blanco y negro y también, en nuestra opinión, modelo de conducta. Una selección de 100 fotografías de su último proyecto, Génesis, puede todavía verse en CaixaForum Zaragoza, sólo hasta el próximo 18 de octubre. Si todavía no lo han hecho, apresúrense, no se la pierdan. La entrada cuesta 4 € (gratuita para clientes Caixa y menores de 16 años) y da acceso a todas las exposiciones del centro cultural. Y si pueden, lean el libro y vean también la premiada película documental La sal de la Tierra (2014), sobre la vida y trayectoria del fotógrafo brasileño, dirigida por Wim Wenders y Juliano Ribeiro Salgado (hijo de Sebastião). En su formato completo (245 fotografías) la exposición Génesis fue visitada en Madrid y Barcelona el año pasado por más de 330.000 personas .
En la línea de todos los grandes reportajes que han conformado su obra, Génesis es un proyecto gestado a lo largo de ocho años (2004-2012) en los que Sebastião Salgado ha realizado 32 viajes por todo el mundo (salvo Europa) «buscando espacios que permanecieran intactos, tórridos o glaciares, áridos o exuberantes», lugares todavía no alterados por la presencia del hombre. Un periplo que inició en las islas Galápagos y que le ha llevado hasta lugares extremos, recorriendo centenares de kilómetros a pie y terminando su trabajo cercano a cumplir los 70 años de edad.
Pero Génesis no es uno más de los grandes reportajes humanos, de bellísima fotografía en blanco y negro, con un magistral y característico dominio de la luz y del claroscuro, que han hecho célebre a Salgado. Manteniendo su estilo, su fidelidad al «poder descomunal» del blanco y negro, Salgado da un giro en su obra para incorporar como protagonistas a esos paisajes intactos, los minerales, las plantas y las especies animales… sin olvidar con ello a los humanos que los habitan «tal y como vivíamos todos» unas decenas de miles de años atrás. En este viaje a lo alto y ancho del globo, Salgado ha tenido la oportunidad de «medir la edad de mi planeta», descubrir a esos protagonistas en los que no se había detenido y desterrar mentiras como aquella que afirma que somos la única especie racional, «todas las especies tiene su propia racionalidad». Si alguien pensó que, embarcado en un postrero proyecto de senectud, Salgado iba a perder en Génesis su magistral registro, su profundo compromiso ético y estético con el objeto fotografiado, se equivocó. Junto a la enorme belleza plástica de las fotografías, expuestas como es habitual en su caso, en espléndidas copias de gran formato, Génesis transmite un mensaje de esperanza sobre el futuro del planeta y la raza humana.
Durante toda su carrera el fotógrafo brasileño, refugiado político en Francia, se había dedicado en exclusiva a fotografiar el alma humana, a revelarnos a través de su mirada algunos de los grandes dramas que han asolado a nuestra especie en los últimos 25 años. Lo hizo primero como fotógrafo de las agencias Sygma, Gamma y, en especial, Magnum Photos hasta 1994, año en el que creó junto a su inseparable compañera y cómplice sentimental y profesional Lélia Wanick Salgado (editora de sus libros y comisaria de sus exposiciones), la agencia Amazonas Images, dedicada en exclusiva a su obra.
Del Instituto Terra a Génesis
La experiencia de Éxodos había dejado a Salgado agotado, deprimido y pesimista: «Hasta entonces nunca había imaginado que el hombre pudiera ser una especie tan cruel consigo mima (…) me enfrenté al lado más severo y violento de nuestra especie y creí que la especie humana no podría nunca lograr la salvación». Una opinión que cambió al realizar Génesis, pero antes se gestó otra iniciativa que inspiró este hasta la fecha último gran reportaje de Salgado. En 1999, Lélia y Sebastião pusieron en marcha en la abandonada hacienda de la familia del fotógrafo en Brasil el Instituto Terra, un ambicioso proyecto de reforestación de la selva o mata atlántica brasileña. Lo que parecía una «utopía de urbanitas» que les llevaría a la ruina, se ha convertido en una exitosa realidad que ha logrado recuperar la selva sobre un territorio devastado, plantando más de dos millones de árboles y montando un vivero con capacidad para producir al año un millón de plantones de 100 especies distintas, que ahora están sirviendo para reforestar otras zonas del país.
De la experiencia del Instituto Terra nació la idea de Génesis, una mirada de reconocimiento al planeta que intenta trasladar un mensaje positivo: el problema no es irresoluble, «la solución frente al peligro al que se enfrentan las personas y todas las especies del planeta no consiste en volver atrás sino en tornarse hacia la naturaleza» (el subrayado es nuestro). Las impactantes y hermosísimas imágenes de Salgado, transmiten una «energía que proviene de una certeza: mirar hacia el planeta es el único modo de vivir mejor». Y resulta imposible pasearse entre las monumentales imágenes de Génesis sin sentir que «sólo en la naturaleza recuperamos un poco de libertad». No dejen de acercarse a este mensaje. Hasta el 18 de octubre en CaixaForum Zaragoza.
Otras exposiciones en CaixaForum Zaragoza:
- ¡NÚM3ROS! de buena familia / Hasta el 10 de enero de 2016.
- Inventos. Ideas que cambian vidas /Hasta el 17 de enero de 2016.