Alrededor de 200 personas participaron el pasado sábado 22 de septiembre en la inauguración del segundo edificio del refugio de montaña de Cap de Llauset, que culmina su construcción tras la apertura en el verano de 2016 del primer edificio. Ubicado a 2.425 m de altitud en el entorno del macizo de La Maladeta y el Aneto, ha requerido una inversión cercana a los 2,5 millones de euros y hoy ofrece 86 plazas de alojamiento con los más completos servicios, siendo considerada como un modelo entre las más modernas instalaciones montañeras.
Las obras de Cap de Llauset se iniciaron en 2012 gracias a un convenio suscrito entre la Diputación Provincial de Huesca, el Ayuntamiento de Montanuy y la Federación Aragonesa de Montañismo (FAM). En julio de 2016 se inauguró la primera fase, ofreciendo entonces 32 plazas de alojamiento y todos los servicios asociados a un refugio guardado que permanece abierto todo el año. Esta segunda y última fasede construcción ha contado además con financiación del Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural: Europa invierte en las zonas rurales, junto al apoyo de las entidades promotoras señaladas. Las 86 plazas de alojamiento disponibles ahora posibilitarán multiplicar las 7.500 pernoctaciones registradas desde julio de 2016 en el primer edificio de Cap de Llauset. El conjunto de los refugios guardados de montaña de la provincia de Huesca sumaron en 2017 cerca de 100.000 pernoctaciones.
Seguridad para el montañero y desarrollo económico para la zona
En una soleada mañana, Modesto Pascau, exgerente de Prames, empresa constructora del refugio, condujo el acto de inauguración, subrayando la excelencia del montañismo aragonés en todos los ámbitos y proyectos que acomete. Miguel Gracia, presidente de la Diputación Provincial de Huesca (DPH), destacó el papel de la ganadería extensiva como actividad necesaria para la sostenibilidad territorial así como la necesaria complicidad entre medio rural y urbano, que se manifiesta en proyectos como la red de refugios de montaña levantada a lo largo de todo el Pirineo oscense, ejemplo también de colaboración entre diferentes instituciones públicas y entidades privadas. «Los habitantes de la montaña, los ganaderos, son quienes mantienen y cuidan este entorno natural que luego disfrutamos todos; no son agresores sino son los que se aseguran que el paisaje llegue hasta nuestro día gracias a su actividad», comentó Miguel Gracia durante la inauguración de las obras finales del refugio guardado Cap de Llauset, una infraestructura que da también cobertura a la ruta del GR 11 Senda Pirenaica en el final del tramo aragonés hacia Cataluña, donde no existía ningún refugio.
En el año en que se cumplen 20 de los distintos programas de Montaña Segura impulsados por la FAM y el Gobierno de Aragón, el presidente de la federación aragonesa, Luis Masgrau, resaltó el papel importante papel que juegan los refugios en la seguridad en montaña, al tiempo generan trabajo en condiciones dignas tanto a guardas y resto del personal que en ellos trabajan.
La alcaldesa de Montanuy, Esther Cereza, agradeció a todos los que han hecho posible la construcción de una infraestructura generadora de riqueza para toda la zona, en especial a los propietarios de los terrenos. Por su parte, Joan Garrigós, presidente de la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada (FEDME),compartió su alegría por la inauguración y señaló que Aragón es un referente en materia de refugios de montaña, contando con la mejor red de instalaciones montañeras del Pirineo.
Encuentro de montañeros y montañeses
En la inauguración estuvieron presentes Maribel de Pablo, diputada provincial de Desarrollo Territorial y Medio Natural, Lourdes Pena, presidenta de la Comarca de La Ribagorza, el senador Marcelino Iglesias, responsables de la Guardia Civil y sus grupos de rescate de montaña (GREIM), alcaldes de la zona como el de Bonansa y el de Pont de Suert, grupos de rescate del Valle de Arán (Bomberos), el ex alcalde de Montanuy, José María Agullana, el gerente de Prames, Sergio Rivas, vecinos de Aneto y propietarios de la zona de monte en la que se ubica el refugio. También hubo una numerosa presencia de montañeros diferentes clubes de montaña de Huesca, Zaragoza y Teruel, así como representantes de federaciones regionales (Federación Vasca de Montaña, Federación Navarra de Deportes de Montaña y Escalada, Federación de Entidades Excursionistas de Cataluña, Federación Valenciana de Montañismo), y clubes de montaña de distintas comunidades y de la vecina Francia (Club Alpino Francés de Tarbes) así como los Grupos de Rescate Especial de Intervención en Montaña (GREIM), de la Guardia Civil.
La FAM entregó platos conmemorativos de agradecimiento al Ayuntamiento de Montanuy, a la actual alcaldesa, a su antecesor y al secretario, José Antonio Túnica; a la Junta de Propietarios del monte; la comarca de La Ribagorza; Alejandro Royo, arquitecto y María Lalaguna, jefa de obras, en representación de todo el personal que ha participado en la construcción del refugio; al CEDESOR, a la DPH y a su presidente Miguel Gracia. Tras la inauguración y la visita de las instalaciones, se descubrió una placa conmemorativa y los guardas del refugio ofrecieron un almuerzo montañero a todos los asistentes.
Cap de Llauset, refugio de cinco estrellas
A pesar de su ubicación, el acceso hasta el refugio resulta bastante cómodo ya que, fuera de la temporada invernal, puede utilizarse una pista para acceder en vehículo hasta el aparcamiento de la presa del ibón de Llauset (2.192 m), lo que nos sitúa a 1 h 30 min del refugio. El refugio está atendido todo el año por un equipo de dos guardas apoyados en temporada estival por otros cuatro trabajadores contratados, equipo que se va turnando y que tendrá que aumentar con la construcción ya finalizada y a pleno rendimiento.
Cap de Llauset es un refugio de última generación, que cuenta con dos edificios comunicados entre sí, de plantas baja y primera además de un sótano en uno de ellos para la ubicación de equipos e instalaciones generales. En la planta baja se encuentran todos los servicios y en la primera planta las habitaciones, de seis plazas, todas con su aseo y ducha. El interior es de madera y resulta cálido y confortable mientras que el exterior presenta un recubrimiento de chapa que le confiere una estructura compacta , en suma, un edificio concebido para soportar los rigores del clima de alta montaña y reducir consumos energéticos, integrandose a su vez en las tonalidades de su entorno granítico.
El otoño pasado se concluyó la construcción del segundo edificio y este año se han acometido los acabados interiores, carpintería, pavimentos, instalaciones y mobiliario así como el montaje de una amplia terraza entre los dos edificios. Esta segunda fase ha supuesto la incorporación de un pasillo distribuidor entre las primeras plantas de los dos edificios, con ocho nuevas habitaciones de seis plazas en el de nueva construcción. En su planta baja hay una habitación más para personal del refugio, baños, enfermería, zona de cambio de calzado y taquillas, taller, almacén y una pequeña sala multiusos habilitada como cocina libre y comunicada con otra habitación de ocho plazas que quedarían abiertas al exterior como refugio libre en el caso de que el refugio debiera cerrarse como instalación guardada.