Sí, los refugios de montaña en invierno también están abiertos. Buena parte de los refugios y albergues de montaña guardados de Aragón permanecen abiertos todo el año, también en temporada invernal. Los servicios que ofrecen, en materia de seguridad (información del estado de las rutas y la montaña, asistencia…), de apoyo logístico y de alojamiento suponen todo un lujo para el amante de la montaña invernal. La Federación Aragonesa de Montañismo dispone de una amplia red de instalaciones deportivas de montaña, a la que se suman otros albergues y refugios de distinta titularidad, ubicados en su mayor parte en el Pirineo y el Prepirineo oscense pero también en algunos puntos de Zaragoza y Teruel.
Si buscamos refugios de montaña en invierno, los encontraremos centenarios como el de La Renclusa, modernos y jóvenes como Cap de Llauset, que cumplirá este verano siete años; otros acaban de celebrar sus bodas de plata o de ser inaugurados, como los de Pineta y Nocito, respectivamente (y a los que dedicaremos nuestra siguiente entrada). En todos ellos, los guardas de los refugios, auténticos profesionales de la montaña, nos están esperando para facilitar y asegurar nuestro disfrute de la montaña invernal.
A la incontestable belleza de los paisajes nevados, la montaña invernal suma la posibilidad de practicar deportes y actividades de temporada como el esquí de travesía o el esquí nórdico, las raquetas de nieve, la escalada en hielo… Además de las estaciones invernales de esquí alpino y esquí nórdico, dotadas de infraestructuras propias, los albergues y refugios de montaña guardados de Aragón amplían enormemente las posibilidad de disfrutar de la montaña en invierno, tanto en el Pirineo como en la sierra turolense de Gúdar-Javalambre.
La seguridad, lo primero
Antes de planificar nuestra salida, de decidir cuál de los refugios de montaña en invierno nos seduce más, tanto si es para recalar en él durante nuestra actividad o también con la intención de pernoctar, conviene contactar previamente con la instalación para confirmar la disponibilidad de espacio y de servicios, informarnos del estado de las rutas de acceso y de la montaña en el lugar o el recorrido que pensemos realizar y hacer entonces nuestra reserva. Los guardas conocen la montaña como nadie y están in situ, las 24 horas del día, evaluando las condiciones del entorno, por ello serán nuestros mejores informadores y aliados.
La consulta de las previsiones meteorológicas y de los boletines de información sobre aludes son otros requisitos imprescindibles en ese proceso previo a la salida que es la planificación de la actividad. En materia de seguridad, más importante todavía si cabe en la montaña invernal, en los últimos años se ha sumado una nueva fuente de información, la cartografía o herramienta ATES (Escala de Clasificación de Terreno de Aludes). Se trata de sistema que clasifica el terreno en función de su grado de exposición a los aludes en tres categorías: terreno simple, terreno exigente y terreno complejo. Durante la planificación de la actividad: cruzando la clasificación ATES de la ruta a realizar con el Boletín de Peligro de Aludes del día de la actividad en el cuadro Planificador de Ruta, obtendremos una de estas tres situaciones posibles: «precaución», «precaución extra» o «no se recomienda» la actividad.
El uso de esta herramienta posibilita así una mejor toma de decisiones al montañero invernal. En el Pirineo aragonés contábamos ya con cartografía ATES del macizo del Aneto, Infiernos y Balaitús, Posets – Perdiguero y Bisaurín – Valle del Aragón -Portalet, a las que se ha sumado recientemente la del macizo de Monte Perdido – Ordesa.
Las excursiones invernales a Ordesa cuentan con esta nueva herramienta ATES de planificación. Una escala de colores nos indica la complejidad del terreno, en el que se señalan puntos críticos, las direcciones de las avenidas y su posible alcance. Siempre debemos combinar esta información con la del Boletín de Peligro de Aludes del día de la actividad.
Planifica siempre tu salida
El trinomio «Planifica – Equipa – Actúa» nos muestra los siguientes pasos que debemos seguir a la hora de preparar y realizar una actividad de montaña en general. Un estado físico y competencia técnica adecuados a la actividad (no solo nuestro, sino de todos los componentes del grupo), portar el equipamiento adecuado (ropa invernal, crampones, piolet…), tener la práctica previa y conocer las pautas a adoptar ante cualquier situación (cómo detener una caída en hielo-nieve, actuar ante otras incidencias o cambios en las previsiones…) son fundamentales para disfrutar de la montaña en cualquier época del año, con más razones en tiempo invernal.
El acompañamiento de un guía profesional nos otorgará siempre un plus de disfrute y de seguridad, algo absolutamente necesario si no estamos familiarizados con la montaña invernal, no conocemos bien el terreno (muy diferente en condiciones invernales) o dudamos de nuestra competencia técnica para movernos por él. La formación resulta un factor clave en el que juegan un importante papel los clubes de montaña, a los que podemos acudir para realizar cursos y compartir salidas que fortalezcan nuestras competencias en el medio natural. La FAM ofrece también cursos de formación online gratuitos (solo hay que crear una cuenta de usuario) en su página www.seguridad.fam.es, para iniciarse y refrescar conocimientos.
Fuentes recomendadas para informarse sobre la previsión meteorológica en la montaña y el estado del manto nivoso son Aemet, la web de la Agencia Estatal de Meterología, que tiene apartados específicos de montaña y boletín de peligro de aludes.
En la web del programa Montaña Segura (www.montañasegura.com), referente fundamental para el mundo montañero, encontraremos también información sobre meteorología, toda la cartografía ATES, seguridad en montaña y en montaña invernal, así como entradas dedicadas a cómo afrontar diferentes actividades como las ascensiones al Moncayo, Monte Perdido, etc. en condiciones invernales. Una fuente de formación y de información imprescindible.
Como en casa
Cuando estemos en ese proceso de planificación, de decisión sobre qué vamos a hacer y dónde, no podemos olvidarnos de la fabulosa red de albergues y refugios de montaña guardados que tenemos en Aragón. Todo un «lujo» de instalaciones que nos permitirán disfrutar en invierno de lugares y recorridos que estarían vedados para la gran mayoría de montañeros y de familias si no contáramos con ellas. Hay que recordar que muchas de ellas son accesibles en vehículo por carretera o pista y que, a diferencia de lo que fueron los refugios antaño, cuentan ahora con mayores comodidades como la disposición de habitaciones con baño incorporado de 2, 4 o 6 plazas.
Pirineo, Prepirineo, Zaragoza y Teruel
Los refugios de montaña nos harán sentirnos como en casa… pero en plena naturaleza invernal. De la extensa red de 16 albergues, escuelas y refugios de montaña gestionados por la Federación Aragonesa de Montañismo (FAM), todos permanecen abiertos en invierno salvo el refugio de Respomuso, que cierra por peligro de aludes el 15 de diciembre y reabre el 15 de marzo, si las condiciones lo permiten.
Hay además otras instalaciones montañeras de diferente titularidad y gestión; algunas de ellas cierran en época invernal por lo que hay que asegurarse en el momento de planificar. La web www.alberguesyrefugios.com es la mejor ventana para informarse y gestionar reservas.
Los albergues y refugios de montaña guardados de Aragón están localizados en lugares de gran belleza y de un enorme valor medioambiental. En el Pirineo y Prepirineo encontramos instalaciones montañeras con servicio de guardería en lugares tan emblemáticos como estos:
- Parque Natural de los Valles Occidentales: refugios de Linza, Gabardito y Lizara.
- Candanchú: refugio Pepe Garcés.
- Valle de Tena: refugios de Casa de Piedra, Ibones de Bachimaña y Respomuso (cerrado del 15-XII al 15-III).
- Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido y entorno: refugios de Bujaruelo, Góriz y Pineta.
- Parque Natural Posets-Maladeta: refugios de Viadós, Ángel Orús, Estós, La Renclusa y Cap de Llauset.
- Reino de los Mallos / Guara Somontano: albergue de Riglos, refugio de Nocito «Casa Lardiés» (nuevo).
- Sierra del Montsec: albergue de Montfalcó.
A ellos se suman otras instalaciones netamente montañeras como la Escuela de Montaña de Benasque y la Escuela-Refugio de Alquézar, en dos localidades que son a su vez importantes centros turísticos. En la provincia de Huesca hay además otras instalaciones montañeras como el Albergue Borda Bisaltico o el refugio de Telera, en Piedrafita de Jaca, a las que se sumó el verano pasadoel refugio de Nocito.
En las provincias de Zaragoza y Teruel contamos también con instalaciones montañeras en:
- Morata de Jalón: albergue de Morata de Jalón.
- Sierra de Gúdar-Javalambre: refugio de Rabadá y Navarro.
Como vemos, los refugios de montaña en invierno nos ofrecen un buen elenco de posibilidades para planificar nuestras salidas a la montaña invernal, aprovechémoslas.