Tras el solsticio de invierno, las hogueras de enero y principios de febrero calientan el ambiente festivo y nos preparan para el carnaval. Entre las celebraciones más cercanas sobresale por su tradición y vistosidad la Máscara de Ateca, declarada Fiesta de Interés Turístico de Aragón (FITA). Tiene lugar los días 2 y 3 de febrero, aunando las festividades del día de las Candelas (o de la Presentación de Jesús en el templo), y de san Blas, patrón de Ateca.
El carnaval es fiesta de origen pagano que, en países de tradición católica como el nuestro, precede al recogimiento y la vigilia de la Cuaresma . La Máscara de Ateca (comarca Comunidad de Calatayud, Zaragoza) es uno de esos singulares personajes pre-carnavalescos que enriquecen nuestra tradición.
La Máscara de Ateca está protagonizada por un grotesco personaje vestido con traje de rayas rojas y amarillas rematado por triángulos de tela con cascabeles, chaqueta de grandes botones y gorro de casquete que hasta el año 1880 cubría su rostro (de ahí el nombre). Porta un sable y una tapa de puchero o corbetera a modo de escudo y recorre las calles desde el mediodía del 2 de febrero, siempre acosado por los niños que intentan arrancar los cascabeles de su colorido atuendo, entre insultos y burlas. Pero la Máscara es también un personaje protector que bendice a quienes piden su protección para el nuevo año en un ritual consistente en golpear el sable en la corbetera y posar ésta en la cabeza del beneficiado.
Por la noche tiene lugar la quema de la hoguera en la plaza de España, donde se forma un gran corro que rodea al protagonista de la fiesta, la Máscara, y se canta la canción popular En el puente de Alcolea, inspirada en la histórica batalla de la revolución de 1868. Al calor de las brasas los asistentes toman moscatel y mantecados.
Subida al cerro de san Blas
Tras la misa mayor del 3 de febrero, día de san Blas, la imagen del santo sale en procesión desde la iglesia de santa María, de bella torre mudéjar, hasta su ermita, a los pies del cerro al que también da nombre el mártir y donde la gente espera desde primeras horas de la mañana. Allí recita una copla y cambia su pequeño escudo por uno de mayor diámetro antes de iniciar la subida al cerro y recibir una lluvia de manzanas (en la tradición, piedras) lanzadas desde arriba por los niños que tratan de impedir la ascensión. Cuando la Máscara culmina su empeño, los asistentes forman un corro como el de la noche anterior en la plaza para entonar nuevamente En el puente de Alcolea. Después la Máscara regresa a la ermita, recita otra copla al santo y recupera su corbetera y acompaña a la procesión de regreso a la iglesia
Se desconoce el origen de esta fiesta, documentada desde el siglo XV aunque seguramente muy anterior. Los atecanos han sabido conservar con enorme vitalidad su peculiar y festiva tradición, rica antesala del carnaval que bien justifica una visita a la localidad zaragozana. La Máscara comparte rasgos con otros personajes pre-carnavalescos como la Botarga, presente en la tradición de las localidades turolenses de Cuevas de Almudén, Jarque de la Val e Hinojosa de Jarque (comarca de las Cuencas Mineras). Vestido también de amarillo y rojo, el personaje de la Botarga mantiene el rostro cubierto, recorre el pueblo pidiendo donativos y fustigando a los niños con su escoba. Otros personajes de la tradición que podemos considerar emparentados son los diablets de la comarca del Matarraña, los diablos de Villacarli (Torre la Ribera, Huesca), el cipotegato o cipotero de Tarazona y otras localidades del entorno del Moncayo.
San Blas, obispo de Sebaste (Armenia) y mártir, es uno de los santos cristianos más populares, patrón de las enfermedades de la garganta y los otorrinolaringólogos. Como en Ateca, muchas localidades aragonesas celebran su festividad y buscan su protección con procesiones, elaboración y bendición de roscones y otros dulces. Es también patrón de Santa Cruz de Grío (comarca de Valdejalón) donde lo veneran celebrando el baile del santo a ritmo de charanga por las calles del todo el pueblo, con descansos en los que los vecinos ofrecen pastas y vino. En Chiprana (Bajo Aragón-Caspe) las mujeres adornan la imagen de San Blas con cintas de colores que luego guardan como amuletos protectores. En Fonz (Cinca Medio) los mozos compiten subiendo a un palo enjabonado que ofrece como premio un gallo atado en la punta.